Puede ser por odio o por restos de amor que ya no quiera oírte. Que ya no quiero tus dulces e infieles palabras que me mantienen en vilo encima de una cuerda floja. Que me haces tambalear y caer pero luego me das la mano.
Ya decidí no caer más, no quiero oírte, ni verte ni escuchar tus susurros. Y si caigo, esta vez voy a levantarme sola.
Ya decidí no caer más, no quiero oírte, ni verte ni escuchar tus susurros. Y si caigo, esta vez voy a levantarme sola.