//Borra todas las caritas tristes

Borra todas las caritas tristes

Una brecha en el camino hizo que sus caminos se separaran. Como tantas otras veces, siendo ya casi costumbre. La primera vez dolió demasiado pero se encontraron al final de ese camino justo cuando se necesitaban para emprenderlo de nuevo. Pero se volvieron a separar.

Así contadas veces. Las siguientes veces también dolieron pero conforme se iba convirtiendo en rutina, el dolor desaparecía. Ya no sufrían el tiempo separados, ahora dolía el temor de que alguna de esas veces fuera la última vez.

Ella guardaba un cuaderno en el que había apuntado los nombres de las personas más importantes de su vida y entre ellos aparecía él.

Al lado de sus nombres, ponía un corazón cada vez que pasaba un momento feliz con esa persona o algo le agradaba y una carita triste si algo le sentaba mal. 

Mirando el cuaderno hizo un repaso de su nombre, que era como casi si su historia estuviera dibujada de aquella manera. Al principio muchos corazones pero cada vez más se iban alternando con caras tristes. Ella apuntaba una cara triste cada vez que él desaparecía o cuando la ignoraba y corazones por cada momento pleno de felicidad que solo él era capaz de regalarle.

En su último reencuentro, ella le enseñó el cuaderno y dijo:

-Creo que no me convienes.

-¿Por qué? –Preguntó él mirando el cuaderno.

-Porque eres la persona que más caritas tristes me ha hecho dibujar.

Él miró su nombre y la larga lista de caras tristes y corazones que lo componían. La cantidad era considerablemente mayor al de las demás personas.

-Vamos a hacer una cosa –apuntó el chico-. Vas a borrar todas las caras tristes, mías y de todo los demás. Así solo te quedarás con lo bueno que cada persona te ofrece. ¿Qué te parece?

La chica dudó pero le hizo caso y borró las caras. Cuando lo hubo hecho, el chico le señaló su nombre, que ahora era la lista de corazones más larga de todo el cuaderno y dijo:

-¿Aún crees que no te convengo?

ETIQUETAS: