En la vida te encuentras con infinidad de personas que quieren cambiarte de algún modo, o cambiar tu actitud, o incluso hábitos bajo el contexto “es por tu bien”. Quizás algún día entiendan que es imposible cambiar a alguien, y si quieren hacerlo, es porque, realmente, deberían cambiar algo en ellos mismos que está mal.
Alguien me dijo que debía ser más madura. ¿Madura yo? Yo ya soy seria, aunque sea solo cuando, de verdad, tengo que serlo. Entonces ¿qué quería decir con que fuera madura? ¿Qué fuera seria en los momentos que no tengo por qué serlo? Maldito sentido del humor es lo que te falta, soso y amargado cascarrabias.
También estuvo esa persona que me dijo, que fuera responsable, que estudiara más, que sería mejor para mi futuro, claro, “es por mi bien”. Tranquilo, haré lo que haga falta por seguir adelante, aprobaré mis exámenes, me sacaré el carné de conducir, todo lo que quieras, pero ¡eh! También me dedicaré a ser feliz, aunque no te guste.
Preciosa persona que se preocupaba demasiado por mí la que me dijo que no bebiera alcohol, que no fumara, que no saliera de fiesta y que falete y faleto, mis amigos, son malas influencias para mí. Que sí, que sí, que es por mi salud, por mi bienestar, por… por algo. Sólo le faltaba decirme que me metiera en un convento de monjas. Tranquilo, beberé hasta mi límite, fumaré hasta que pueda, y saldré de fiesta con falete y faleto hasta que el cuerpo aguante, con responsabilidad y madurez, claro.
